viernes, 29 de julio de 2011

Cuando un grande dice adiós, hay que quitarse el sombrero











































Cuando un grande dice adiós, hay que quitarse el sombrero


Por Nelson de la Rosa RODRíGUEZ


Orlando Hernández lanzando para los Yankees..


Orlando Hernández Pedroso “El Duque” anunció el pasado 19 de mayo su retiro del Béisbol. La noticia llenó de nostalgia a sus seguidores... dentro y fuera de la Isla.Las líneas que siguen tienen como objetivo lanzar una mirada a lo más relevante dentro de la carrera de este hombre que le entregó al Béisbol lo mejor de su vida, un deportista que supo darle el verdadero valor a cada cosa; que hoy sabe disfrutar la gloria y la libertad porque en su momento fue marginado y privado de sus derechos elementales.Nacido en la provincia de Villa Clara el 11 de octubre de 1965, Orlando Hernández dice adiós poco tiempo antes de cumplir 46 años. Deja tras sí una exitosa carrera que difícilmente sea igualada o superada en el futuro.El hombre que siente el orgullo de haber jugado –según él– en los dos mejores equipos del mundo: Industriales y New York Yankees, incluye en su preciado palmarés dos títulos con los azules en Series Nacionales (1992-1996), la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y cuatro anillos de Serie Mundial: tres con los Yankees (1998, 1999, 2000) y uno con el Chicago White Sox (2005). A estas alturas todos lo ponen como ejemplo de que la imagen del debut no necesariamente es el avance de lo que ocurrirá en el futuro. En el ya lejano 1987 su primera salida en el estadio Latinoamericano se completó al permitir un cuadrangular de Luis Giraldo Casanova. Años después el propio “Señor Pelotero” diría que era el único pitcher cubano capaz de “pensar” encima del montículo.









* El promedio de Ganados y Perdidos (728) sigue siendo el mejor en la historia del Béisbol cubano.Sus estadísticas pudieron haber sido mejores si hubiera lanzado más. Lamentablemente, alguien decidió separarlo del Béisbol por causas que nunca fueron aclaradas. Eso lo llevó a estar un tiempo sin poder jugar hasta que en 1997 salió de Cuba con la idea de probarse en las Grandes Ligas. Su aspiración se hizo realidad y poco tiempo después ya formaba parte de la nómina de los “New York Yankees”. Aunque la mayoría de sus seguidores en Cuba no fueron testigos de su debut, la historia sí recoge el hecho, y como patrimonio es guardado en los archivos beisboleros.




Era el 3 de junio de 1998 y se jugaba en el Yankee Stadium. Previamente, más de 27 mil aficionados habían pagado su entrada. Él había lanzado ante concurrencias mayores, pero esta vez la realidad era distinta. El Latinoamericano, su reparto Wajay y sus amigos de Industriales solo estaban en el corazón. La realidad lo ponía delante de un público desconocido, gritos en otra lengua y encima un uniforme con mucho peso.Mientras lanzaba, se decía a sí mismo: “Puedes lanzar bien o puedes lanzar mal, pero no vas a la cárcel por lanzar mal, solo la vida sigue igual… Ya sea que le peguen a la pelota o los ponchas, pero por esto nadie se muere”.En el momento de la salida no puede contener las lágrimas (y mientras lo escribo se me ponen los pelos de punta). Camino al box ve la grada llena, la multitud de fotógrafos y hasta las placas de bronce que inmortalizan a Babe Ruth, Lou Gerih y Mickey Mantle. Delante estaban los peloteros del Tampa Bay. Su primer lanzamiento fue en strike y trabajó durante 7 entradas, permitió una carrera, le dieron 4 hits, ponchó a siete y regaló 2 bases por bolas. En la salida el público se
Orlando Hernández, René Arocha y Osvaldo Fernández, pitchers de Industriales.




Se puso de pie y lo aplaudió respetuosamente. Ese mismo público más tarde lo acogería como verdadero ídolo y por siempre le estará agradecido. Aquella noche los Yankees ganaron en casa 7 carreras por 1.Aquella actuación fue el preludio de numerosos éxitos, entre ellos el triunfo en la Serie Mundial de ese año (1998) y en las dos siguientes. Tal labor hace que el cubano sea el único jugador latinoamericano en ganar tres Series Mundiales en sus tres primeros años en las Ligas Mayores. Tal palmarés lo poseen muy pocos jugadores, entre ellos los míticos Mickey Mantle y Joe DiMaggio.Con los Yankees jugó 6 temporadas y lo ganó todo: además de los tres anillos de Serie Mundial, hasta un premio de Más Valioso se llevó en una Serie de Campeonato. De manera individual terminó con balance de 61 victorias y 40 derrotas y un promedio de carreras limpias de 3.97.Más tarde, en el año 2005 “El Duque” pasó al Chicago White Sox y en esa novena también hizo historia. Los aficionados y los especialistas recuerdan con mucha admiración el tercer juego de la Serie divisional de la Liga Americana. Los de Chicago se enfrentaban al Boston Red Sox. La Serie favorecía a los primeros 2 juegos por 1 y ahora se jugaba en Boston. Era la sexta entrada y los locales perdían 2 x 4. Manny Ramírez le conectó jonrón a Freddy García y el manager de Chicago Ozzie Guillén trajo de relevo a Dámaso Marte, quien permitió un hit y dio 2 bases por bolas, por lo que los locales llenaron las bases sin outs. El empate era inminente, los aficionados locales deliraban de emoción, estaban a punto –incluso– de tomar el mando. Fue entonces cuando trajeron a “El Duque”.




Con 39 años de edad, casi 7 de experiencia en las mayores y un corazón bendecido por Dios, el cubano dio una clase magistral de pitcheo: dominó al emergente Jason Varitek y a Tony Graffanino al elevar por infield y luego dominar por la vía de los strikes al primer bate Johnny Damon, quien en ese momento promediaba para 316 en 148 partidos de la serie regular.Al terminar la entrada, Orlando llegó eufórico frente Kenny Williams, Gerente General de “Los Medias Blancas” y le dijo: “¡Te lo dije!” El federativo comentó un rato más tarde a los periodistas: “No hay palabras que puedan describir lo que ha hecho. Los coaches lo apoyaron mucho y él tenía la obligación de convencer. Pero fui yo quien lo contrató… revisen sus apuntes y se darán cuenta del motivo”.




Más tarde Chicago eliminó a Boston y al final ganaron la Serie Mundial y “El Duque” exhibió su cuarto anillo de Campeón.Luego de la temporada de 2005 “El Duque” fue traspasado a los Diamondbacks de Arizona para en mayo de 2006 anclar en la casa de los Mets de Nueva York. Con este equipo tuvo 20 salidas en la temporada, ganó 9 juegos y perdió 7, con un promedio de efectividad de 4.07. En la campaña siguiente (2007) solo pudo abrir 24 partidos debido a reiteradas lesiones en su hombro y terminó con 9-5 y 3.72 de carreras limpias. En la campaña siguiente no pudo lanzar un solo partido debido a una operación. Al final se convirtió en Agente Libre y no volvió a lanzar en Grandes Ligas, aunque sí lo hizo hasta hace muy poco en la Liga Profesional de Venezuela.Al término de su carrera en las mayores, “El Duque” se marcha tranquilo con 4 Series Mundiales, 90 victorias y 65 derrotas y la seguridad de ser un grande en la postemporada, donde según un colega: “los hombres se separan de los niños”.




En 9 temporadas esta fue su labor. Esta es la historia deportiva de un hombre de movimientos elegantes, con un impulso para lanzar como pocos, que exhibió con orgullo su número 26, que donde mismo guarda los anillos de Serie Mundial tiene una gorra de los Industriales, y en su ropero, junto a las camisetas de los Yankees, los Mets, el Chicago White Sox, etc… tiene espacio reservado para aquella que llevó al delirio a los aficionados capitalinos.Este es el atleta, el hombre, el mismo que hace muchos años en el Hospital “Hermanos Ameijeiras” le regalara una pelota firmada por él y sus compañeros a un paciente hondureño que murió un poco más tarde; el mismo capaz de interceder por sus amigos; el que no guarda rencor y que cada día le agradece a Dios cada una de las cosas que le han pasado, aunque en su momento no comprendiera muchas de ellas.




A estas alturas no sé cómo será su ceremonia de retiro oficial, pero sí estoy convencido de que sale como los buenos

POSICIÓN DE ACORD COLOMBIA SOBRE LAS EXCLUSIVIDADES DEL MUNDIAL DE FUTBOL SUB. 20

POSICIÓN DE ACORD COLOMBIA SOBRE LAS EXCLUSIVIDADES DEL MUNDIAL DE FUTBOL SUB. 20



(BOGOTÁ D.C., 28 DE JULIO DE 2011). Una enérgica posición asumió la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos en contra de la organización del Campeonato Mundial Sub 20, pero en especial hacia la FIFA y sus exclusividades que dejaron, según su presidente, a los mismos comunicadores sin la posibilidad de trabajo en un evento donde los de casa debieron tener todas las herramientas para su cubrimiento.El pronunciamiento se realiza en la edición Nº 23 del PERIODICO RECORD que circula a partir de hoy.

Según su presidente, Carlos Julio Castellanos, el certamen orbital sin comenzar, ya deja una “inmensa deuda frente a trabajadores, como los periodistas deportivos, que tendrán que dejar de laborar durante casi un mes porque una multinacional como FIFA, venida a menos por los presuntos escándalos de corrupción, puede hacer y deshacer como a bien lo tenga”.

Reiteró Castellanos Rincón que “hay hechos, algunos con la complacencia del gobierno, que no podemos pasar por alto. Nos referimos al tema de los derechos, que se inventaron precisamente los del fútbol y que hoy deja una cifra bastante considerable de comunicadores sin empleo, quien lo creyera, en su propio país, Y de paso, la complicada odisea que vivieron muchos de nuestros colegas para acceder a la credencial. Todo, con la excusa de que el evento es FIFA y es ella, solamente ella, la que manda en el país. ¿Será eso posible?”.

Advirtió el presidente de la Asociación que “ACORD, como institución que debe velar por el beneficio de sus asociados y en general del periodismo deportivo colombiano, agotó todas las instancias ante los organismos competentes para transmitir, de paso, el clamor de cientos de colegas que cada vez veían alejar la probabilidad de trabajar en el Mundial”.

Recordó “que acudimos al vicepresidente Angelino Garzón, tocándole la fibra de líder sindical, para que desde su alta posición intercediera ante los monopolios y los periodistas colombianos pudieran trabajar”.

Afirmó que se hicieron las gestiones para que “el Estado, por intermedio de Coldeportes, buscara la opción de liberar esos derechos, eso sí pagándole lo que les viniera en gana a sus dueños, para que las emisoras independientes o mal llamadas pequeñas pudieran tener acceso a las transmisiones radiales”.

Carlos Julio Castellanos mostró su indignación al reflexionar sobre el hecho que “en Colombia, los periodistas debemos pagar para trabajar. Qué ironía, cuando hablamos de libertad de expresión y del derecho al trabajo”.

Bajo las estadísticas de la ACORD, para este Mundial Sub 20, “que se juega en Colombia pero que no es de Colombia, se presentaron 3.960 solicitudes de acreditación y se aprobaron 1.460 para medios de comunicación, cuyo color es el amarillo. Pero, qué barbaridad, para otros items como invitados, FIFA, autoridades, etc, la cifra fue de 6.800. Es decir las otras 5.340 en manos de quiénes están?

Finalmente comparó con lo que se vivió meses atrás con el Mundial de Fútbol de Salón cuando “hubo garantías para la prensa deportiva, todos pudieron transmitir, sin el ‘sanbenito’ de los derechos. El país ganó, no hubo tanto gasto ni se derrochó tanto dinero, y lo más importante, al final, el propio Jefe de Estado lo vivió”.

A continuación, el texto completo del editorial que se registra en la edición 23 de Récord, el órgano oficial de prensa de los periodistas deportivos, que entra en circulación desde mañana:

Cuando esta edición de Récord esté en sus manos el balón ya habrá rodado para dar inicio al Campeonato Mundial de Fútbol Sub 20, un evento de gran trascendencia para Colombia y con una monumental inversión que supera los 200 mil millones de pesos, pero con una inmensa deuda frente a trabajadores, como los periodistas deportivos, que tendrán que dejar de laborar durante casi un mes porque una multinacional como FIFA, venida a menos por los presuntos escándalos de corrupción, puede hacer y deshacer como a bien lo tenga.

No estamos en contra del Mundial Sub 20 de Fútbol; ni más faltaba. El hecho de que esta edición de Récord, el medio de información oficial e institucional de la Asociación Colombiana de Periodistas Deportivos, ACORD, le dedique casi un ciento por ciento de su contenido, es la mejor demostración. Siempre, como gremio, hemos apoyado y seguiremos apoyando todo aquello que vaya a favor de nuestro pueblo. Por lo menos, así en lo deportivo no se alcancen los resultados, es un rato placentero para alejarnos de la cruda realidad que afronta la nación.

Pero hay hechos, algunos con la complacencia del gobierno, que no podemos pasar por alto. Nos referimos al tema de los derechos, que se inventaron precisamente los del fútbol y que hoy deja una cifra bastante considerable de comunicadores sin empleo, quien lo creyera, en su propio país, Y de paso, la complicada odisea que vivieron muchos de nuestros colegas para acceder a la credencial. Todo, con la excusa de que el evento es FIFA y es ella, solamente ella, la que manda en el país. Será eso posible?

ACORD, como institución que debe velar por el beneficio de sus asociados y en general del periodismo deportivo colombiano, agotó todas las instancias ante los organismos competentes para transmitir, de paso, el clamor de cientos de colegas que cada vez veían alejar la probabilidad de trabajar en el Mundial. Y resulta paradójico que entre tanto el Presidente Santos le decía al mundo que las puertas de Colombia están abiertas de par en par para recibir a todo aquel que quisiera venir a nuestras ciudades sedes lo podía hacer, incluso en algunos casos, sin la necesidad de presentar pasaporte, menos visa. Simplemente con el documento oficial de su país podía entrar “como Pedro por su casa”. Y los nuestros qué? Las inversiones también fueron costosas. Se gastaron miles y miles de millones de pesos en promoción y publicidad. Pero lamentablemente, el lado humano de los periodistas colombianos, aquellos que no trabajan en las grandes cadenas que explotan los derechos como Caracol y RCN, quedaba a la deriva, a la intemperie y sin la menor opción de tener un asiento o un espacio en cualquiera de los estadios.

Luego acudimos al vicepresidente Angelino Garzón, tocándole la fibra de líder sindical, para que desde su alta posición intercediera ante los monopolios y los periodistas colombianos pudieran trabajar. A mediados de julio se nos alegraron los corazones porque ese mensaje al hombre probo y sindical estaba dando resultado y desde su despacho se anunciaba que empezaban los contactos para que el Estado, por medio de Coldeportes, buscara la opción de liberar esos derechos, eso si pagándole lo que les viniera en gana a sus dueños, para que las emisoras independientes o mal llamadas pequeñas pudieran tener acceso a las transmisiones radiales. A estas alturas y cuando esta edición estaba en la víspera de su impresión, desconocemos qué pasó y en dónde se quedaron las ganas de apoyar a la clase trabajadora enmarcada en el periodismo colombiano.

En otros países, y eso lo conocimos en el Congreso de AIPS América, el Gobierno y el Estado defienden a la clase trabajadora de vejámenes como este de los derechos deportivos para transmisiones que cada vez cercenan más el poco lugar para laborar. Aquí se ratifica lo que dijimos recientemente en un foro para debatir la nueva ley de prensa: en Colombia, los periodistas debemos pagar para trabajar. Qué ironía, cuando hablamos de libertad de expresión y del derecho al trabajo.

Otro tema no menos degradante, el de las acreditaciones. Y vuelve sobre el tapete el sofisma de los derechos. La mayor cantidad de las credenciales de prensa se entregaron a Caracol y RCN, en radio y televisión, por que son los dueños de los derechos. Y el resto de la prensa deportiva que se pelee como pueda el poco porcentaje que queda.

Para este Mundial Sub 20, que se juega en Colombia pero que no es de Colombia, se presentaron 3.960 solicitudes de acreditación y se aprobaron 1.460 para medios de comunicación, cuyo color es el amarillo. Pero, qué barbaridad, para otros items como invitados, FIFA, autoridades, etc, la cifra fue de 6.800. Es decir las otras 5.340 en manos de quienes están?

La ACORD es una agremiación reconocida por el Estado Colombiano por medio del decreto 2428, firmado en 1955 por el entonces presidente Gustavo Rojas Pinilla, y el carné es considerado como nuestra cédula deportiva. Se habla de que tenemos el acceso abierto a todos los escenarios deportivos oficiales en donde se organicen competencias deportivas. Pero tampoco para el caso del Mundial Sub 20, ese derecho ganado desde hace 65 años valió ante FIFA y la Federación Colombiana de Fútbol. Todos guardamos hermetismo ante el silencio, igualmente, de nuestras instituciones que permitieron el desconocimiento y el atropello. No es acaso entutelable este derecho? No resulta improcedente que a nuestro país vengan y lo manejen extranjeros pisoteando derechos como el que nos asiste a los periodistas ACORD, por lo menos de acceder a los estadios para poder ir y ver para luego desde sus estudios de emisión poder desarrollar su trabajo?

Quedan estos interrogantes para el Gobierno del Presidente Santos, periodista antes que estadista, para que en el futuro estos hechos no se repitan. Qué lástima, en marzo pasado, Colombia fue sede de otro mundial, el de fútbol de salón, en donde las condiciones fueron bastante diferentes. Hubo garantías para la prensa deportiva, todos pudieron transmitir, sin el sanbenito de los derechos. El país ganó, no hubo tanto gasto ni se derrochó tanto dinero, y lo más importante, al final, el propio Jefe de Estado lo vivió. Esos muchachos, acompañados de esos dirigentes modestos y sanos, nos dieron el título de campeones del mundo, honores que esperamos sean repetidos por quienes comenzaron la brega en el Mundial Sub 20 de Fútbol.

OFICINA DE PRENSA DE ACORD COLOMBIA, acordcolombia@yahoo.es, teléfonos 6609370 y 6609371, Bogotá.